Esta es la historia de la primera y última vez que me enamoré. A veces pienso que todo lo que te quise de algo habrá valido. Y no me jode por los sueños, me jode por los inviernos que parecían primaveras. Ningún amor de verano podrá darte el calor que yo te daba en invierno. Y aunque te eche de menos a morir, hay amores eternos que duran lo que dura un invierno. Sigo hablando de sus ojos cuando me preguntan por mi color favorito. Desde el día que se fue la vida sigue como las cosas que no tienen mucho sentido.

miércoles, 2 de enero de 2013

Mi primera vez.

Era la última noche del año. O la primera. Sonaban canciones sin parar, las luces parpadeaban y a la par todos bailábamos al ritmo de la música. Y en un ligero parpadeo de luz, como si de un abrir y cerrar de ojos se tratase vi como se acercaba a mi lentamente. Era él, la persona a la que más había querido en mi corta vida, a pesar de rondar ambos apenas los dieciséis. Me besó y luego se fue con su pandilla de amigos, cruzábamos miradas a pesar de la distancia.
Hacía justamente un año de aquel uno de enero en el que formalizamos nuestra relación, aquella a la que puso fin después de tres meses. Pero yo no podía hacer nada, todos los meses lejos de él se borraban de un plumazo con cada ligero roce de piel. No había mejor lugar que entre sus brazos, que entre sus labios. Varias veces me amenazó con matarme a besos, y aquella noche decidió cumplir su amenaza. Me dió la mano y juntos recorrimos los oscuros caminos bajo la atenta mirada de la luna. "Mira el cielo" me dijo, "yo suelo mirarlo y pensar". "Cuántas veces yo lo miré añorando estar a tu lado", pensé yo. Y después todo sucedió. Dos besos después acabamos por los suelos. Ni el roce contra el asfalto consiguió frenar aquello. Aquel día aprendí que puede que sea verdad eso que dicen, eso de que el amor puede superar al dolor en todos los aspectos. Nunca lo puse en duda. Tampoco sabré nunca lo que sintió, pero nada era mejor que verle ahi debajo mientras nos mirábamos a los ojos. Solo sé que como quien no quiere la cosa el ya ha marcado mi vida, y que puede que yo no haya sido la primera para él en muchas cosas, pero esta me pertenece. Y espero ser la última. Algún día.