Esta es la historia de la primera y última vez que me enamoré. A veces pienso que todo lo que te quise de algo habrá valido. Y no me jode por los sueños, me jode por los inviernos que parecían primaveras. Ningún amor de verano podrá darte el calor que yo te daba en invierno. Y aunque te eche de menos a morir, hay amores eternos que duran lo que dura un invierno. Sigo hablando de sus ojos cuando me preguntan por mi color favorito. Desde el día que se fue la vida sigue como las cosas que no tienen mucho sentido.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Gracias por hacerme sonreír.

No hace ni dos días que has llegado a mi vida y ya se has instalado en ella. Quiero que venga, y que sea para quedarse. Es algo inesperado, alguien con él que nunca me imaginé cruzarme pero ahí está, devolviendome la ilusión. Haciéndome sentir que puedo volver a enamorarme.  Juntos podemos olvidar todos los golpes del pasado. Significa mucho que esa persona te haga sonreír mientras lloras, eso hace que sea muy grande. No tendrá los ojos verdes, pero cuando me mira el mundo se detiene. No me gusta hacer comparaciones pero les da mil vueltas a todos en muchos sentidos. Juro que si me demuestra que vale la pena lo dejo todo. Consigue que sea mejor persona y eso es lo que importa. Prometo no fallarle, con el tiempo lo va a ver. No voy a meter la pata esta vez, esta vez no. Tal vez sea él eso que busco.

Eras el chico que siempre busqué.



Tenías todo lo que buscaba, todo lo que soñaba. El chico que siempre quise cuando era pequeña. Ese príncipe azul de ojos verdes y pelo castaño. Sensible, lleno de palabras bonitas y la causa de todas mis sonrisas. Loco, su dulce locura llegaría a volverme loca a mi también. Y nos casaríamos y no viviríamos en un castillo, pero si con dos gatos de color negro desafiando a la suerte. Sería médico y nuestros hijos tendrían el color de sus ojos. 
El príncipe llego a mi vida y fue azul, pero un día se volvió gris. Siguió con sus ojos verdes y su pelo, pero nunca volvió a ser el mismo. Las palabras bonitas se quedaron en palabras que ni siquiera fueron sinceras. Pagué cada una de aquellas sonrisas con mil lágrimas. Su locura, su locura siguió enamorando a muchas otras. De casarnos de hablar, y todos aquellos planes a la basura. Tal vez desafié demasiado a la suerte enamorándome.


Esto suena a despedida.

Más que sonar lo es. Me duele hasta casi más que tu "adiós" pero no me queda otra. Te has empeñado en demostrarme de mil maneras diferentes que no te importo. Me ha costado creerlo y asumirlo, pero después de cinco meses sin ti creo que es hora de caminar hacia delante. Muchas veces lo he dicho, pero esta vez juro cumplirlo. Te quiero mucho, creo que te imaginas cuanto pero realmente no lo sabes. Hace cinco meses de todo aquello, pero el único que perdió fuiste tú; yo no perdí nada, tú perdiste a la persona que más te quiso y probablemente te querrá. No sabes como me cuesta colgarme de otro y volver a empezar una historia, pero tengo asumido de que ya no quieres volver. Ya me cansé de perder, prefiero volver a estrellarme que seguir rompiéndome a "tu lado".

sábado, 25 de agosto de 2012

Tristezas, misterios y pretextos.

Soñaba que regresabas y en mis brazos llorabas tu error, hasta que un ruido en el bar me despertaba y lloraba yo. Agarrada a las farolas te pregunté: ¿por qué me dejas?
Y respondiste como todos: - pues por tu tristeza. Ahora que no nos vemos he vuelto a aquellos vicios. Aprendí a echar de menos y ya nunca seré la misma. Siempre dudo de lo que elijo. El futuro es más condicional que los besos que dabas y tus babas me daban más alcohol y casi cianuro. El día que sonría no te invitaré a mi lugar. Disculpa si aparezco en el próximo que piensas odiándote en secreto si me meto con tus promesas. Alguna noche en vela como un delirio traerá una nostalgia obscena cual pateras en el mar. ¿Soñar tanto para que? Si despertamos ayer, con esta resaca cruel... Y cayendo por caer.
No importa cuanto puedas aprender a perder. Ayer tripulamos barcos hoy atrapados en una red. Imaginamos otra costa e inventamos mareas. Aunque no lo creas nunca me equivoqué aposta.
Todo es esperar y esperar pase lo que pase. Ahora ya se que ni siquiera me salvaran estas frases. Los gatos de la noche me conocen más que tus ganas. Viviendo y muriendo que al fin y al cabo es lo mismo. Lo veo todo tan pequeño y a la vez ando tan perdida... Siempre jugándome el pellejo sin saber muy bien porque sigo. Demasiado pienso siento y veo, hoy solo a ti te quiero observar.

Sentiría menos..

En un desierto existencial buscando a las últimas personas. Cuando la muerte me lleve le diré que fuí feliz, no va a salirle tan barato y fácil apoderarse de mi. Me torturaron incontables monstruos pero supe vencerlos al menos por momentos, fabricando cielos paralelos. De algo sirvieron tardes dando vueltas en un viejo bus Con los cascos a tope pensando como salir de bajonazos que hoy se camuflan pero siguen estando aquí. 
Cuando parece que nunca conocí la tristeza me bebo los círculos y una línea recta empieza. Sé que quiero estar contigo pero también conmigo y no sé si mi necesidad de soledad has entendido.  Hay episodios vividos que ni yo creo que pasaran. ¿Estarás aquí cuando ni pueda mirarme a la cara? ¿Cuando sólo pueda hablar con el recuerdo de mi perro? Cuando me secuestre el dolor en el aire libre donde me encierro... Se que no estarás, pero al menos ya no te espero y asumo que un día tendré que empezar de bajo cero. Perdí las cuentas de las veces que te invité a beber, pero jamás una palabra tuya sació parte de mi sed...



Detrás de cada huida estabas tú.


Aunque tú no lo creas, te he esperado toda la vida como un eterna extraña. Recorriendo las calles. Acepto que me llames loca si invoco sueños rotos en el parque donde nos enamoramos.
Desde que tu voz ya no me miente me veo más fea. Crecimos de repente y fue diferente, eso creo. Siempre seré quien te hizo ver estrellas y no litros. Nos devoramos enteros pero hoy ni nos saludamos. Es una algo común que no comprendo ni yo Se rompe la venda y no hay quien entienda lo que un día sintió. Y aunque ya no te aprecio... quiero que mi nombre se oiga cuando la beses.
Te das cuenta de que la relación morirá cuando sin dormir piensas en como será la próxima. Soy aquella que se ahogaría siendo un pez porque el amor volverá a desgarrarnos otra vez. 
Hoy nada me quita las ganas de volver a ser yo mientras la amas donde me besaste.
Cuando buscábamos cualquier rincón sin luz... "Agárrate de mi mano, que tengo miedo del futuro"  Y. Mi vida, poco a poco, se va llenando de esos días grises y opacos, que uno omite en su biografía. A estas horas, en las que tantos engañan a sus amantes siempre encuentro un buen momento para asesinarme. Hay algo tierno hasta en estar realmente jodida. Llegará otro invierno y no, no quiero pasarlo contigo.
Ahora que parece separarnos una eternidad y media me cuesta aceptar a estos ojos que se secan en mi secta de lágrimas firmemente desordenadas por mi cuarto.
Especulando si el próximo "hasta luego" será un "hasta nunca"...

La impotencia sigue conectada.


Llego a casa aturdida por el tequila, son solo las once pero para mi fuera la noche acaba. No hay ganas de seguir intentando mentirme un poco. Me voy a la cama, mientras alguna balada desgarradora escucho. La televisión del vecino se oye desde aquí.
Alguien estará partiéndose la cara en algún pub, yo peleo con el vacío pero apenas lo puedo tumbar. Las notas de piano son una fábrica de flashes pero esta es la única manera de poder acompañarme. Tras unas líneas leídas la concentración me abandona y sucede que miro a mi perro y me canso de ser persona. 
Me pongo al whatsapp en busca de otra alma insomne, "el amanecer es una emboscada" pone en mi estado. Echo un ojo a mis contactos y las pulsaciones se disparan cuando le veo conectado con una foto de su cara. Parece mentira pero yo un día besé esos labios mientras decían cosas de las que aún ando enamorada. Tengo ganas de preguntarle ¿qué tal, cómo va todo? Pero me dolería demasiado ser solo su amiga y además sería absurdo. Que silencie el llanto de lo que en su despedida nació. Como un íntimo desconocido no me dice nada, tal vez  esté pensando lo mismo o chateando con un ligue...
Y en unos segundos pasa media hora. La música seca mis ojos pero mis manos lloran. Estoy a punto de escribirle pero mi impulso se colapsa. Tengo miedo de que por su parte todo sea frío y compruebe que ya nunca más estará a mi lado. Pienso en desconectarme pero me imagino que le digo: "cuéntame como te va" y para rematar: "¿cuándo volverás...?"
Nerviosa y surrealista, sabiendo tanto nos acariciamos... "No hay nostalgia peor que añorar lo que no sucedió" Dice la letra. Mis ojos son cables de alta tensión mojándose por no escuchar su voz. El cortocircuito será una chispa loca por prender la llama. Acaba y mi mirada perdida se encuentra con una pantalla donde en silencio y sin decir nada ninguno de los dos calla.
Busco su nombre pa abrirle ventana pero solo entran cuervos negros. Cuando atónita me quiebro entera: ya está desconectado. Derrotada y en shock solo puedo apagar el móvil y resignarme a un adiós que ni su mano ejecutó. Recuerdo cuando golpeábamos las teclas juntos. Entre bromas y besos. "Qué sucedió" otra vez me pregunto...


El tiempo pasa.

Sus ojos como dos retrovisores reflejando solo lo que queda atrás, los mios como un volante hacia un lugar que nunca verás. Gritando la ciudad mientras la palabra me negabas, viendolo todo como una pesadilla absurda, ahnelándote.
Él hacía salir el sol a su antojo, ponía velas en los rincones mas sombríos de mi paciencia. Me cansé de vivir rápido. Estoy lejos de casa pero no me importa donde, tampoco vendrá a buscarme ala estación cuando regrese.
Él corre por los tejados ajeno a las cartas que escribí para su chimenea. Fue mi primer amor el primero al que amé. Era el gato negra que me traia buena suerte, el tatuaje de mi subconsciente que pone "no sé si volveré a verte".
Uno de los finales más tristes, que yo jamás leí, como el final de Peter Pan. "El tiempo pasa y pasa para todos, Wendy crece y se hace toda una mujer, y tiene una niña que se parece a ella cuando se escapaba con Peter Pan...
Una noche, pasado mucho, mucho tiempo desde la última vez que se vieron, Peter Pan irrumpe en la habitación de Wendy para buscarla, para llevársela de nuevo a Nunca Jamás,
pero el tiempo no pasa en balde, Wendy no es una niña...
Cuando él le dice: vengo por ti, ella le dice: ¿no ves la luz?. 
Porque ver la luz supone enfrentarse a la jodida certeza de que hemos crecido, alguien entró de golpe a la habitación y encendió la luz, y nos dimos cuenta de que casi no quedan niños, de que negamos el derecho a la infancia a los que la merecen. si Peter Pan viniera a buscarnos no den la luz, no vayan a descubrir que hemos traicionado y hemos crecido demasiado...


Fin de la historia, adiós al calor helado.

Ya no me importa caerme le he cogido el gusto, entre viernes bruscos llorarte es lo habitual. Ódiame sin razón como hacen tantos. Estoy feliz en coma si los puntos arrinconan. Si no me hubiera enamorado igual todo habría cambiado y a tu lado ahora estaría rota otra. La droga más adictiva siempre fue engañarse. Siempre fue jodido aceptar que el amor se va.
En esta cárcel de deseo haré ver que no te veo. La pasión no suele hacer terminar las cosas bien y ya no me pone a cien pelearnos y luego volver. Quien tuviera el poder para olvidar a tu antojo... Nos perdemos en venenos por no estar llenos y cuerdos y drogo a los recuerdos pero siempre siguen serenos. A falta de tus ojos, con la imaginación huyo. Los planes que no cumpliremos, los elijo para otra vida. No me llames si bebes ni me sigas si me aparto. Demasiados insultos nuestro último verano oyó.
Tus fantasmas toman el sol en la sombra de mi noche. Íntima desconocida mi herida demasiado te conoce. Es tan difícil olvidar como mirar atrás sin miedo como la primera vez que entre "te quieros" te besé. Ciegos haciendo equilibrios tuvimos que caer. Que yo te busqué mañana y me salvaré ayer. De repente se nos hizo de día y no supimos hacer nada nosotros que vivíamos de asaltar a la madrugada; yo ya no estaré allí, aprendí a vivir si me faltas.
Te regalaría mi odio eterno pero prefiero recordar que ninguno te podrá dar lo que me supiste robar. Si volvieras, todo sería mejor. Maldije tus desplantes destruyéndome sin piedad asi que no me pidas ahora que la tenga si me quieres besar.
En nuestra relación de mierda rondaron demasiados tábanos. La próxima no se imaginará como nos besábamos. Acabamos tras meses y parece que ni hayamos empezado. Si el alcohol fuera olvido no tendría memoria; fin de la historia, adiós al calor helado.

Tengo que afrontar este amanecer. Aunque ya no estés...

¿Qué harías por mí? cualquiera puede decir te quiero. Yo podría morir congelada por quitar la escarcha de tu pelo. Este amor eterno tuvo un final tan absurdo... Unos segundos cambian el resto de mi vida.
Hoy supe como ayer que la tristeza me besaría, porque no puedo afrontar besar a otro; y al acabar sentir algo mucho peor que la soledad. No buscaré un loco que me vuelva loca y rompa el cristal de esta copa dónde mi ego logro reflejar. Brindaré por la justicia poética del tiempo.  
Apenas duermo porque sólo sé soñar despierta y la noche camufla mejor los fantasmas del pasado pero el sol las trampas de la noche ha quemado. No sé con cuál quedarme, igualmente por la tarde. En el momento más inesperado algo me llevará a recordarte. 
Me ciega la oscuridad de los rayos del sol, en sus sombras puedo ver como otro te besó. Ya me da igual. No olvidaré quién soy, nunca más encontraré alguna mañana lo que la luna no da. Hay un vacío en el cielo, me quiere absorber. La vida es cruel, lo subraya el horizonte. Tengo que afrontar este amanecer, aunque no estés... 
Está nevando en verano, cómo ponerme a salvo. Le pido a la noche que no se vaya pero parece empeñada en imitarte. Aunque este amanecer nada puede hacerme daño porque estoy llorando carcajadas cara a cara con la nada. Esta mirada perdida un día se centró en tus ojos y no puede hacerlo en otras retinas. 
La noche no termina, se mezcla con el día. Cuánto daría por volver a aquella discusión pero mi mirada, nuestro barco se inundó. Y olvidaste que aún así estábamos cerca de la orilla, si te diera la gana estaríamos descojonándonos; por eso siento que nuestras lágrimas me humillan. 
Ayúdame a dormirme, me he despertado para soñarte. Quiero creer que sirve ponerme ciego en tu retina. 

Para Sergio, con indudable agradecimiento por haberme dejado.

Antes de amanecer en la calle te abracé como si fueras el hombre de mi vida. Antes de haber llorado, te acompañé a la estación despidiéndote con incontables besos. Antes de perder toda la inocencia, te escribí miles de cartas de amor que habrás tirado. Antes de pensar más que en beber en mi futuro, sentí cada vez que quedábamos lo que siente un niño cuando llegan los reyes magos.  Ayer te vi después de dos semanas sin cruzarnos y cinco meses desde que me dejaste. No nos saludamos y eso no me importa, pero sé que no has cambiado interiormente y yo, si hurgas en mi fondo, estoy irreconocible. Sentí un vértigo inmenso y me pareció haber vivido en otra vida nuestra pasión, pero mi tímida y camuflada sonrisa no engañaba. Antes de tener ideales y de no creerme al primero, te quise con una pureza que ojalá añores algún día.


Otro capítulo para contar.




En un giro de cabeza le vi. Ahí estaba mi obsesión de siempre, no sé si bebiendo su cerveza como cuando estábamos juntos o cualquier otra cosa. Ni un solo cruce de miradas. El tequila en ese momento fue mi único refugio. Un refugio traicionero, hasta él me recordaba cuando en esa misma barra un día, brindé con en chico de los ojos infinitos por nuestro amor. Luego viene la parte en la que finges que te da igual verle delante tuya con otra. Bebiendo hasta las copas de los árboles para sonreír, hasta lo pierdes de vista. 
Regresas a la estación de bus donde tanto os quisisteis pero parece que solo los recuerdos habitan en tu mente. Llega el bus y te sientas sola, porque es lo único que deseas. Pero en ese momento llega él y se sienta a tu derecha mientras tú comes un chicle para quitarte el olor a alcohol. Te mira con sus ojos verdes y después de dos semanas te habla. Y me rompió todos los esquemas en un cuarto de milisegundo. Notas como te empieza a abrazar y dos besos después te tiene a sus pies, robándote de nuevo no solo el chicle; el corazón.

Solo soy una idiota que le adora.

Volví a caer en sus brazos. "Estuve con Sergio", hasta me resulta extraño decirlo. Después de tantos meses sin probarlo. Pero ahora mismo soy una simple idiota; una idiota que le adora. Sé que no puedo exigirle absolutamente nada, que no puedo quejarme por ser "la segunda de la noche". Por formar parte de ese "doblete" del que tan orgulloso está. Mentiría si dijera que no volvería a hacerlo, sé que no podría soportar tenerle cerca y no besarle. Lo sé. Como también sé que todo ocurrió por el alcohol, por parte suya; se arrepiente. Y mientras, yo, solo intento olvidarlo todo para no ilusionarme. Lo hice porque realmente lo sentía, y lo haría millones de veces más a pesar de no ser la única que se cuelga de sus labios esa noche.

lunes, 20 de agosto de 2012

Tal vez le quiero.

El amor concede a los demás el poder para destruirte. Yo le quise, y a veces él también me quiso. En las noches como esta le tuve entre mis brazos. Le besé tantas veces bajo el cielo infinito... 
Puedo escribir los versos más tristes esta noche, pensar que no le tengo. Sentir que lo he perdido. Oír la noche inmensa, más inmensa sin él. 
La noche está estrellada y él no está conmigo. Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.  Mi corazón le busca. 
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. Ya no le quiero, es cierto, pero cuánto lo quise.  Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. De otra. Será de otra. Como antes de mis besos. Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. Ya no le quiero, es cierto, pero tal vez le quiero.  Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido...


Grítame con los ojos que veré algo nuevo.

Escuchar las gotas y que no parezcan disparos, me declaro culpable de ser un soñador en paro. A la mierda con lo que pudimos ser y no fuimos, mis infinitos caminos son imanes para tu unico destino. Aún espero que me sorprendas en mi portal... gritando con los ojos, vamos lejos, ya es hora de volar...
Que ingenua de mierda, que soledad eterna; lluvia ácida y mas de medio día durmiendo. La cabeza no sé donde, pero los pies en el suelo.
Grítame con los ojos que en vez de estar ciega tengo que mirarte.
No habrá más lagrimas por cosas que no lo merezcan pero si estaría de puta madre tenerte cerca
Lo que se derrumba me ayudó a construir pero estoy agotada y te amo, vamos unete a mí. Me hipnotizas con tus pupilas. Gritame con los ojos que se van a humedecer de felicidad, gritame que si un día no me ven será porque se cerraron para siempre. 

Sigue durmiendo.


Te observo mientras duermes, estas precioso como siempre pero sé que desgraciadamente siempre no podré tenerte. Sueño que esto es un sueño y que tras la muerte me esperas en un campo verde como tus ojos eternos.
Tengo suerte por haberte conocido, te recuerdo que eres antagonismo de olvido. Tu respiración es anestesia para mi dolor.
Si mañana me he voy olvida quien soy y recuerda quien fui el día que te conocí. Hoy sufro por mi, sonrío por ti. Ojalá pudiera amarte en un lugar menos hostil. Siento este instante como el primer beso. Cuando la vida nos separe espero estar más que lejos.
Ahora me duele la noche y solo puedo llorar. Si un día entendieras la mitad de esta mente, me tendrías a tu lado eternamente.
Sigue durmiendo, que sueño despierto qué sueñas, que al morir yo acaricio tu cuerpo... 


Es tarde, demasiado tarde.

Estaba sentado en aquella mesa a lo lejos en aquel bar oscuro. Yo no era capaz de apartar mis ojos de él. Impotente, me bebía mi vida a trago y veía como hablaba con una chica, con otra, con otra... Los celos, los celos me podían. Él era consciente de que atraía todas mis miradas, es consciente de lo que siento y por eso juega. Me bebí hasta la razón para no verle. Para ser inmune al daño de verle en otros labios. Cuatro meses y aún duele. Y de repente algo te invade, piensas que en otros labios le olvidarás. Y otros labios y tequila no sirvieron de nada. Te vas a otros labios y luego te das cuenta de tu error. Nunca quisiste hacerle daño, pero estuviste delante suyo con su amigo. Y mientras le besas lo ves, y solo piensas que cambiarías a su amigo por él, a su amigo y a todos. Él lo sabe perfectamente. Luego llega el tren, y recuerdas de que no es el chico de al lado con el que solías volver. Ni al que besabas. Más tarde llegas a casa y el mundo se derrumba. Piensas en lo que hiciste, y él que mas te importa se despide de ti definitivamente. Sabes que no volverá a hablarte, hagas lo que hagas. Te propones cambiar, demostrarle que no eres lo que parece. Pero es tarde, demasiado.

Hablar de corazón a corazón.

Lo necesito. Sin orgullos ni mentiras. Romper esta distancia que nos separa aunque nada fuera como antes. Nunca será como antes, pero podríamos crear un nuevo capítulo juntos. Admito que esta vez metí la pata como nunca antes, y que hasta me insultes. Perdón, tengo el don para hacer daño a la gente que quiero. Y ya ni creo que finjas, simplemente no te importa. Entiendo que en este tiempo hayas encontrado el amor, yo lo encontré en el momento en el que te besé. No hace falta que te lo diga, tú sabes mejor que nadie que te sigo queriendo, que no he encontrado ningunos ojos que me enamoren como los tuyos. Que no he vuelto a pronunciar un "te quiero Sergio".

Proposición.

Daría lo que fuera por volver a sentirte cerca. Sentir tu mirada proyectada en mi sonrisa, y suspirar de amor. Juro que lo cambiaría todo por ti, porque tu sonrisa es el mejor motivo para ser alguien mejor. Cambiaría yo misma, y los cambiaría a todos por ti; y tu cambiarías mi vida, ese sería el trato. Sin reproches, sin recordar el pasado ni todo este tiempo separados. Olvidándonos de todo, sin comparaciones. Sé que sería posible si nos lo proponemos, sé que juntos no hay imposibles. Aunque seamos dos desconocidos que se conocen, a pesar de las meteduras de pata. Si me besas no me dolerán nuestras noches separados, ni los días, ni nada. Tu saliva mi analgésico. Va a hacer un año que empezó todo, podemos repetir. Podemos enamorarnos en otoño, quitarnos el frío en invierno y añorarnos en abril. Fingir que soy feliz sin ti hasta que sea septiembre, y ahí, volver a enamorarnos. Aceptaría que te fueses en abril si me prometes volver. Te echp demasiado de menos.

martes, 7 de agosto de 2012

"Te dejo."

Te dejo es jódete escrito al revés. Me quedó grabado a fuego aquella fría tarde de finales de abril. En aquel momento, las palabras no sonaron como un despecho, sino como un cóctel amargo de desilusión y fracaso. Apenas un par de horas antes, yo era una feliz. Una niña ingenua, enamorada, tonta y feliz. He puesto feliz dos veces pero así es como me sentía. Buscaba en el diccionario de sinónimos y solo me salía esa palabra repetida infinitas veces: feliz, feliz, feliz.. Tenía el corazón contento, lleno de alegría, como cantaba Marisol, y como ella, puse rumbo a buscar a mi alma gemela, mi chico, mi todo, que a las siete salía de su sesión de tenis.
Tres meses y dieciséis días juntos. A mis quince años. Fue mi primer amor, el más intenso, el que te agarra de las entrañas y te arrastra, da la vuelta por completo y vapulea las emociones. Vista, tacto, gusto, oído, olfato, noqueados, desordenados, salvajes, satisfechos. Le quise, me quería, éramos invencibles, distintos, animales, sabios contestatarios, inmortales. Éramos uno y lo éramos todo: tú, mí me conmigo, yo, mí, me, contigo. A, ante, bajo, cabe, con, contra, de, desde, en, entre, hacia, hasta, para, por, según, sin, so, sobre, tras. Caminábamos sobre las aguas turbulentas del día, vivíamos el momento a zancadas.
Nos enamoramos, desgastamos nuestros besos en aquel sitio horrible. Para nosotros: el paraíso. Crecimos, maduramos, tuvimos crisis, las superamos. Teníamos la vida por delante. Fui lo suficientemente feliz, como para recordar que una vez, en algún momento, fui feliz. 
Pero la vida es una tómbola, una noria y tardamos poco menos de una hora en sentenciar nuestro fin. Así de frágiles éramos. Así de fuertes. En aquel momento me sentí como cuando el Coyote persigue al Correcaminos, cruza el acantilado y camina en el aire hasta que se da cuenta de su absurdo. Entonces se precipita al vacío sin remedio. Yo también llevaba demasiado tiempo caminando sobre el vacío.

lunes, 6 de agosto de 2012

Tiempo que pasa, cosas que cambian.

He vuelto a escuchar su voz y a ver sus ojos detrás de esas gafas carrera. Su oficio ahora es  esquivar mis miradas y hacer como si yo no estuviera. Quien nos ha visto, quien nos ve. Quien lo diría, era el otro día cuando tú eras para mi y yo para ti. No quedaron ni cenizas ni cicatrices de aquel accidente en tu vida. Va a hacer un año de aquel día en el que se cruzó en mi vida, un año de la primera y única vez que me enamoré.

Lo que ya no es.

De llegar siempre a deshora, tal y como marcaba el corazón. Con los zapatos rotos y empapada, pero con una infinita sonrisa. Mi felicidad se olía en un radio de mil metros cuadrados. Llevaba conmigo la alegría que él me había enseñado a sentir. Ahora solo quedan sonrisas que ya ni quedan, zapatos rotos y cicatrices. Es increíble como puedo mirarle en la distancia mientras disimulo, es increíble que ni me mire. No puedo dejar de ponerle los ojos encima mientras hace como si no me conociera, y a veces llego a creerme que nunca tuvimos nada y que no le conozco. He olvidado su olor y mi nombre en su voz. Siempre intenté darle lo mejor y ser perfecta pero nunca fue suficiente.