Esta es la historia de la primera y última vez que me enamoré. A veces pienso que todo lo que te quise de algo habrá valido. Y no me jode por los sueños, me jode por los inviernos que parecían primaveras. Ningún amor de verano podrá darte el calor que yo te daba en invierno. Y aunque te eche de menos a morir, hay amores eternos que duran lo que dura un invierno. Sigo hablando de sus ojos cuando me preguntan por mi color favorito. Desde el día que se fue la vida sigue como las cosas que no tienen mucho sentido.

viernes, 14 de diciembre de 2012

El es mi inspiración

Dicen que los mejores textos son escritos desde la tristeza, pero es que ahora mismo no hay mayor inspiración que la que él me aporta.
Un once de noviembre cualquiera solo me pudo decir "entiendo que no quieras estar a mi lado, solo te hago daño". Eso es totalmente cierto, pero dos días después ya estábamos curando nuestras heridas con saliva. "Desde aquel día, el primero en el que nos besamos, si ese, no sé, siempre tuvimos algo". No sé si siempre lo seguimos teniendo o qué, yo solo sé que mientras el mundo giraba el era un puto punto que estaba en el centro, si moverse.
Y ahora pasan los días, y me los ilumina con su sonrisa. "Podría pasarme la vida en tus brazos" le digo a veces. Es totalmente cierto. Adoro como me abraza, como con delicadeza me acerca a él y me besa. ¿Qué simple parece no? Hace poco más de un mes sería algo impensable, inalcanzable. Cuando éramos como dos conocidos que se conocían demasiado bien. Le quiero, le quiero mucho, pero bueno no es nada nuevo.
Quiero que me recuerde siempre como su primer amor. Ese primer amor adolescente que hace que se te escape una sonrisa. Que recuerde cuando entre y clase y clase nos escapábamos para vernos, sin pensar en nada más. Solo él y yo, y todo un mundo por descubrir.

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