Esta es la historia de la primera y última vez que me enamoré. A veces pienso que todo lo que te quise de algo habrá valido. Y no me jode por los sueños, me jode por los inviernos que parecían primaveras. Ningún amor de verano podrá darte el calor que yo te daba en invierno. Y aunque te eche de menos a morir, hay amores eternos que duran lo que dura un invierno. Sigo hablando de sus ojos cuando me preguntan por mi color favorito. Desde el día que se fue la vida sigue como las cosas que no tienen mucho sentido.

domingo, 3 de noviembre de 2013

Lo prohibido suena tentador.

La noche nos confunde,
o el alcohol.
O sus ojos desafiantes
pidiendo guerra o besos
en algún callejón.
Noche de octubre,
él, yo, la pared.
Ausencia de ropa.
La atracción gravitatoria
entre los cuerpos
de dos personas que se aman.
O la atracción gravitatoria,
entre los cuerpos
de dos personas
que aman a otras dos personas.
Pura física. Y él puro físico.
Esperando un tren
que no iba a llegar.
Pero que tampoco
queríamos que llegara.
Una noche de halloween
con sus colmillos
en mi clavícula.
Follándome
cual hombre lobo.
Contándome las costillas,
y análizando mi piel
milimétricamente.
Y el último "anda,
ya nos follaremos".
O "anda,
ya nos veremos".
Otra vez, digo.

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