Esta es la historia de la primera y última vez que me enamoré. A veces pienso que todo lo que te quise de algo habrá valido. Y no me jode por los sueños, me jode por los inviernos que parecían primaveras. Ningún amor de verano podrá darte el calor que yo te daba en invierno. Y aunque te eche de menos a morir, hay amores eternos que duran lo que dura un invierno. Sigo hablando de sus ojos cuando me preguntan por mi color favorito. Desde el día que se fue la vida sigue como las cosas que no tienen mucho sentido.

viernes, 1 de marzo de 2013

Cada noche cuenta una historia, atentos.

Y te buscaba. Entre la multitud, entre los ojos de la gente; y de repente ahí estabas. Joder, no te puedes imaginar lo guapo que estabas. ¿Y qué me dices de ese momento en el que te asalté por la espalda? Justo ese en el que te abracé. Seguramente pensaste que nunca te dejaría irte. Te buscaba.
Qué bonitas las calles de Oviedo, son preciosas bajo la lluvia y el frío de enero. Ser inmune totalmente a ello si a tu izquierda camina el eje de tu vida.
Por un instante me detuve mientras tú caminabas y caminabas. Tus vans azules marcaban el camino y yo observaba tu peculiar forma de andar. Te giraste mientras te preguntabas porqué me paraba bajo la lluvia. Me fascinaba observarte. Darte la mano y correr por las calles buscando refugio para nuestros besos, cruzar semáforos en rojo. Qué bien olía tu chaqueta y qué bien me quedaba.
Como canción de Sabina, cual poema de Salem acabamos por los suelos en un parking cualquiera. Una de esas en las que sobra la ropa, uno de esos en los que el mundo somos nosotros e irse paseando de la mano, como si fuéramos inocentes después de un crimen pasional de tal magnitud.
Los regresos a casa son maravillosos. Nunca llegaréis a sentir lo que es apoyar la cabeza en su hombro y cerrar los ojos mientras no sabes si tal perfección forma parte de un sueño. Y mientras, él te besa delicadamente la frente y tú te pellizcas para saber si todo aquello es real. No hay mejor imagen que al entreabrir los ojos tener el primer plano de su boca y calcular cuantos de tus besos caben en ella. Infinitos.


Cada noche cuenta una historia y yo prometo encargarme personalmente de escribirla junto a él. S

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