Esta es la historia de la primera y última vez que me enamoré. A veces pienso que todo lo que te quise de algo habrá valido. Y no me jode por los sueños, me jode por los inviernos que parecían primaveras. Ningún amor de verano podrá darte el calor que yo te daba en invierno. Y aunque te eche de menos a morir, hay amores eternos que duran lo que dura un invierno. Sigo hablando de sus ojos cuando me preguntan por mi color favorito. Desde el día que se fue la vida sigue como las cosas que no tienen mucho sentido.

viernes, 29 de junio de 2012

Vivir a lo loco pasa factura.

Llevo tres meses viviendo a lo loco. Haciendo cosas sin pensar, sin calcular las consecuencias que pueden tener mis acciones para mi o para otros. Sin remordimientos por hacer el mal a otras personas. Sin sentimientos cuando beso. Viviendo rápido para no darme cuenta de las cosas. Bebiendo para olvidar, intentando sacar un clavo con otro y pasando de todo. Y llega un día en el que frenas, miras hacia atrás y no eres capaz de asumir todo lo que hiciste, en qué te convertiste. Ves que esa no eres tú, no te reconoces. Te preguntas qué estás haciendo con tu vida, te planteas cambiar y después de mucho planteártelo te das cuenta de que no hay cambio posible. De que si llevas esa vida no es porque a ti te guste, es porque alguien te ha echo cambiar. Alguien te ha dado tal golpe que te ha dejado sin sentimientos. Y todo eso al fin y al cabo solo es un mecanismo de defensa. Después de esa pausa, toca seguir con mi vida loca.

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