No recuerdo el lugar, tampoco el día y menos la fecha exacta. Aunque nadie me crea, él es pasado.
Es verano y el sol se cuela por mi ventana, justamente como lo hacia a través de su pelo castaño. Los pájaros vuelan libres. Un gato de ojos verdes me mira, casi como alguien lo hacía. Y sin darme cuenta, acabo hablando de él. Nada más difícil que olvidar recordando.
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