Esta es la historia de la primera y última vez que me enamoré. A veces pienso que todo lo que te quise de algo habrá valido. Y no me jode por los sueños, me jode por los inviernos que parecían primaveras. Ningún amor de verano podrá darte el calor que yo te daba en invierno. Y aunque te eche de menos a morir, hay amores eternos que duran lo que dura un invierno. Sigo hablando de sus ojos cuando me preguntan por mi color favorito. Desde el día que se fue la vida sigue como las cosas que no tienen mucho sentido.

viernes, 3 de mayo de 2013

Me cuentan que el olvido no te sienta tan mal.

Hoy toca salir a comerme el mundo, puede que también hasta alguna boca. Ya sabes, hay noches en las que pierdo el equilibrio y me cojo a la mano de cualquiera. Eso pasa cuando tú no estás para sujetarme. Los besos que te debo no están en una cajita como el amigo Robe dice, más bien están en una copa de alcohol. Él no me traiciona. Porque es así, me sobran vasos y me faltan besos. A demasiada gente he hecho llorar desde que no te hago sonreír a ti... Demasiados intentando robarme una sonrisa mientras a ti te las regalaba sin ponerles precio.
No nos merecíamos este final y lo sabes. Lo sabíamos joder. Siempre supimos que acabaríamos mal pero ¿tan pronto?. En una semana todo se fue. Como si nunca nada.
Me has cambiado y no sé si para bien o para mal, me has cambiado. El primer amor es el que marca, el primero en todo lo posible. Pasé todas las experiencias pasables a su lado. Aprendí demasiadas cosas, no siempre es bueno aprender. Era la única persona a la que le daba abrazos por descontado. La única persona por la que hubiera sido capaz de cualquier cosa. Ahora solo queda comerse el mundo y no su boca.

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