Esta es la historia de la primera y última vez que me enamoré. A veces pienso que todo lo que te quise de algo habrá valido. Y no me jode por los sueños, me jode por los inviernos que parecían primaveras. Ningún amor de verano podrá darte el calor que yo te daba en invierno. Y aunque te eche de menos a morir, hay amores eternos que duran lo que dura un invierno. Sigo hablando de sus ojos cuando me preguntan por mi color favorito. Desde el día que se fue la vida sigue como las cosas que no tienen mucho sentido.

domingo, 29 de septiembre de 2013

Hijo de la gran.

Hijo de puta. Y siento que no haya otras palabras para nombrarte.
Cuando la rabia se apodera de ti, igual que la noche de las tardes de invierno...
Espero que a sus nuevas conquistas les diga que conmigo follaba. Y no solo eso, me hacia el amor. Los que importan son los primeros y los últimos lo demás simples sucesiones. Ojalá me recuerde. Ojalá no pueda sacar mi puta sonrisa de su cabeza, ni olvidar mi forma de mirarle pidiéndole guerra una y otra vez. Pero al fin y al cabo, solo es eso, un hijo de la gran puta. Aunque este dolor no se vaya ni a los mil insultos.
Ya no quiero su saludo, ni mendigare más una mirada. Que te den.

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