Esta es la historia de la primera y última vez que me enamoré. A veces pienso que todo lo que te quise de algo habrá valido. Y no me jode por los sueños, me jode por los inviernos que parecían primaveras. Ningún amor de verano podrá darte el calor que yo te daba en invierno. Y aunque te eche de menos a morir, hay amores eternos que duran lo que dura un invierno. Sigo hablando de sus ojos cuando me preguntan por mi color favorito. Desde el día que se fue la vida sigue como las cosas que no tienen mucho sentido.

sábado, 3 de marzo de 2012

Lo dejaría, pero no puedo.

Dejaría todo esto. Y una vez más, sábado noche. Y una vez más yo frente al ordenador escuchando canciones tristes. Y una vez más, pensando en él, en qué estará haciendo. Y una vez más se que está con ella. ¿Y qué hago yo? Lo de siempre. Desear dejar de quererle de una puta vez. Dejar de sonreír cuando me habla, dejar estas ganas de él a un lado. Dejar de quererle, echarle de mi vida. Porque la misma persona que me hace feliz es la misma que me hace daño. Un daño que hasta me gusta por ser él.


No hay comentarios:

Publicar un comentario