Esta es la historia de la primera y última vez que me enamoré. A veces pienso que todo lo que te quise de algo habrá valido. Y no me jode por los sueños, me jode por los inviernos que parecían primaveras. Ningún amor de verano podrá darte el calor que yo te daba en invierno. Y aunque te eche de menos a morir, hay amores eternos que duran lo que dura un invierno. Sigo hablando de sus ojos cuando me preguntan por mi color favorito. Desde el día que se fue la vida sigue como las cosas que no tienen mucho sentido.

sábado, 12 de mayo de 2012

Nuestra historia, mi perspectiva.


Ella.
Una amiga me lo presentó. Ya me había fijado en él unos años atrás pero siempre lo consideré un "imposible". Una tarde de verano se decidió a besarme, era mi primer beso y estaba super nerviosa. Pensé que nunca volvería a verle, rollos de un día se llaman. Se pasó todo el día a mi lado, estaba algo borracho, incluso a ratos parecía pesado. Era perfecto, más alto que yo, ojos verdes, pelo castaño. Simpático, sociable, estudioso, vestía bien. Creía que era mucho para mi. Y volví a verle, volví a caer en sus labios. Empecé a sentir algo por él, digamos que me ilusioné. Se empeñó en venir a verme y luego yo fui a verle. Pasó un mes y me hizo varias putadas. Orgullo no gana a corazón, y le perdoné. Volvimos a quedar una y otra vez. Mezclaba el alcohol con él y me sentía en las nubes. Me protegía y me cuidaba, parecía que me quería. Me decía que me quería y acabé creyéndomelo. Me invitó al cine, muy caballeroso pagó las entradas. Comimos churros y me quitó el frío en esa noche de diciembre. Me pasaba el día colgada del móvil solo para hablarle, hacía cualquier cosa por verle y llegué a dejar a mis amigos de lado. Iba a verle sin importar nada más. Todo continuó y el uno de enero me juró que no era feliz con ninguna otra, que me quería por encima de todo y de todos. Ese día me convertí en su "enana", solía llamarme eso. También me llamaba preciosa, me encantaba la forma de decirme "te quiero" al oído. Nos besamos mil veces bajo la lluvia, me reía mucho con él. Estaba enamorada de sus ojos. Para mi siempre estaba perfecto, no tenía ni un solo defecto. Me presentó a sus amigos y a su hermana. La verdad que su hermana me apreciaba, me sentía integrada. Se fue a Italia y le eché muchísimo de menos, me contaron historias pero le creí a él. Pasé una semana realmente mala. Él era guapo, tenía miedo de que estuviera con cualquier otra mejor que yo. Realmente me enamoré, sonreía con cada una de sus palabras, era feliz cada día. Íbamos de paseo juntos, me hizo promesas de futuro. Y pasados tres meses y medio, los más felices de mi vida, el sueño se rompió. Rompió conmigo y rebeló realmente quien es. Prefiere tirarse a una tía cada vez que sale que a mi, tanto no me quería. Nunca me quiso. Ese gilipollas se río de mi durante todo este tiempo. Incluso después de dejarlo quiso ser mi amigo, "cuando se te pase me hablas". ¿Perdón? quererle no es un catarro que se "pasa". Un estúpido como los demás, y yo aún más por mandarle indirectas. Acabó por retirarme la palabra. Y aunque le odio, sigo queriéndole. Sigo acordándome de él a pesar de que me insulte. Y ya va a hacer un mes y no sé, los besos de otras bocas no son los de él. Se ha convertido en un orgulloso y en un creído. Sinceramente no reconozco al chico de los sinceros ojos verdes. He oído que está enamorado de nuevo, soy lo que siempre creí, lo que me dijeron; una más.

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