Esta es la historia de la primera y última vez que me enamoré. A veces pienso que todo lo que te quise de algo habrá valido. Y no me jode por los sueños, me jode por los inviernos que parecían primaveras. Ningún amor de verano podrá darte el calor que yo te daba en invierno. Y aunque te eche de menos a morir, hay amores eternos que duran lo que dura un invierno. Sigo hablando de sus ojos cuando me preguntan por mi color favorito. Desde el día que se fue la vida sigue como las cosas que no tienen mucho sentido.

jueves, 12 de abril de 2012

Como tú no hay nadie, que me lleve a la locura.

Una vez más tacones y camiseta de encaje. Dos amigas me acompañaban, le iba a volver a ver. Media hora de autobús y allí estábamos sin saber muy bien a donde ir. "Vamos a ese bar" recuerdo que dijeron; y allí estaban él, sus amigos y sus ojos verdes. No pude evitar sonreír, no pudimos evitar besarnos. En medio de aquel bar, entre las bromas de sus amigos y entre las miradas de alegría de los que nos quieren. El corazón latía más fuerte de lo normal, cuando besa tiembla el suelo. Y me preguntó: ¿Has visto a tu antiguo ligue, Toni?. Solo pude pensar: este estúpido no sabe que es mi puta vida, que solo tengo ojos para sus ojos. Y la tarde continuó con él a mi lado. Entre sus celos por verme con otros, entre sus abrazos. Dicen que el tequila de los solitarios sabe mejor con él, yo doy fe de ello. Me presentó a sus amigos, esta vez si, diciendo "es ella". Nos fuimos de aquel bar, Sergio, el alcohol y yo de la mano. Esta vez sin la compañía de las estrellas. Acabamos por los suelos, entre barro, nos comimos a besos. Nos sobró hasta la ropa, por una vez casi nuestra primera vez pero algo falló, no sé si fue él o fui yo. Y hubo una tormenta, nos besamos bajo la lluvia. Empapados, me llevó en cuello cual princesa y le juré amor eterno.


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