Esta es la historia de la primera y última vez que me enamoré. A veces pienso que todo lo que te quise de algo habrá valido. Y no me jode por los sueños, me jode por los inviernos que parecían primaveras. Ningún amor de verano podrá darte el calor que yo te daba en invierno. Y aunque te eche de menos a morir, hay amores eternos que duran lo que dura un invierno. Sigo hablando de sus ojos cuando me preguntan por mi color favorito. Desde el día que se fue la vida sigue como las cosas que no tienen mucho sentido.

lunes, 2 de abril de 2012

Te amo.

Estabas más guapo cuando yo te miraba. Y eras más bonito sin ropa. Y sin los ojos rojos de tanto olvidar besos en botellas de ron. Eras más dulce con sabor a Colacao por las mañanas. Y seguro que tus besos ya no saben igual. Seguro que nadie te besa tan suave, ni con tanto amor. Eras mucho más bonito en mi balcón. Sin camiseta y oliendo a Marlboro y pasión. Estabas más guapo, y más tú. Más borracho de amor sin alcohol. Más ciego de ratos bonitos.
Yo era más dulce sin sabor a ginebra. Sin besos que no siento. Sin resaca y sin sexo sin amor. Más cuerda y más sensata. Menos predecible. Ya no sé pensar cuando grito. Ni cuando beso. Ni cuando bebo.  Ni si quiera cuando escribo. Ahora vivo rápido. Sin sentir y sin pensar. Que el pensar hace daño. Y ahora es tiempo de vida. De domingos de resaca sin tu espalda.  Ahora empieza la tormenta. Ya llegará la calma

No hay comentarios:

Publicar un comentario