Esta es la historia de la primera y última vez que me enamoré. A veces pienso que todo lo que te quise de algo habrá valido. Y no me jode por los sueños, me jode por los inviernos que parecían primaveras. Ningún amor de verano podrá darte el calor que yo te daba en invierno. Y aunque te eche de menos a morir, hay amores eternos que duran lo que dura un invierno. Sigo hablando de sus ojos cuando me preguntan por mi color favorito. Desde el día que se fue la vida sigue como las cosas que no tienen mucho sentido.

lunes, 2 de abril de 2012

The last winter


Sólo sé, que un día paseando por la calle, con las luces de Navidad apagadas ya, con los niños corriendo y gritando, con los ojos semi tapados por los gorros de bolas, con las calles resbaladizas de la helada de la noche anterior o de la que se avecinaba, lo supe. Supe que había empezado a quererte. Supe que mi corazón sentía por ti. Supe que el rinconcito que te otorgaba desde el primer día que te vi, desde el primer día que abrí los ojos y me sujetaste, se había hecho cada vez más pequeño. Supe que ahora ya no sería ayer, ni antes de ayer, ni el año pasado, ni hace diez, ni sería el primer segundo que suspiré o que lloré y me abrazaste. 
En este ahora, lo sé.

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