Esta es la historia de la primera y última vez que me enamoré. A veces pienso que todo lo que te quise de algo habrá valido. Y no me jode por los sueños, me jode por los inviernos que parecían primaveras. Ningún amor de verano podrá darte el calor que yo te daba en invierno. Y aunque te eche de menos a morir, hay amores eternos que duran lo que dura un invierno. Sigo hablando de sus ojos cuando me preguntan por mi color favorito. Desde el día que se fue la vida sigue como las cosas que no tienen mucho sentido.

lunes, 23 de abril de 2012

Cuando el amor se acaba es mejor dejarlo ir, dicen.

Hoy se cumple exactamente una semana de su ida. Una semana justa y sigo sintiéndole dentro de mi corazón. Él late por él, solo por él. Intenté dejarme caer en otros labios, caí en ellos. ¿Y qué? Y qué si los únicos besos que quiero son los suyos. Por más que me insulte, por más que yo le dé asco, sigue teniéndome como el primer día. Aún me conecto a las mismas horas deseando que hoy me hable. Pero hoy no habla, tal vez pasado. Llega pasado y estamos de las mismas. Pueden hablarme cuarenta, que yo soy una puta caprichosa y quiero seguir teniendo sus ojos. Todo tiene su final, y en ésta él se encargó de poner el punto final. Fui el capítulo de estos tres meses, el de este año. El año que viene seré como la del anterior, una más. No vale de nada engañarme diciendo que él no es nada, veo su foto y me derrito. Cuando el amor se acaba no es mejor dejarlo ir, es mejor luchar por él.

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