Esta es la historia de la primera y última vez que me enamoré. A veces pienso que todo lo que te quise de algo habrá valido. Y no me jode por los sueños, me jode por los inviernos que parecían primaveras. Ningún amor de verano podrá darte el calor que yo te daba en invierno. Y aunque te eche de menos a morir, hay amores eternos que duran lo que dura un invierno. Sigo hablando de sus ojos cuando me preguntan por mi color favorito. Desde el día que se fue la vida sigue como las cosas que no tienen mucho sentido.

martes, 3 de abril de 2012

Reflexionando.

En estos días he pensado mucho. Le he dado mil vueltas a cada idea, a cada pensamiento y de todo esto he sacado varias conclusiones. Cosas tales como que le quiero, cosas que ya sabía. He confirmado que no puedo estar sin él, es mi oxígeno para seguir con vida. Me tiembla el mundo de pensar que no estoy a su lado, de pensar que le pierdo. Por más que pienso, no me imagino odiandole, ni siquiera estando cansada de él. Es cierto que más de una vez pensé en acabar con todo porque soy una cobarde, esto es así. Por no querer soportar los nervios antes de cada cita, por miedo a que me haga daño, por imaginarme cosas que no son, por mis putos celos, por intentar protegerme a mi misma cuando ya era tarde. Cuando sus besos ya se habían convertido en mi adicción, cuando tenía el verde de sus ojos tatuado en el alma, cuando ya era parte de mi, cuando ya empecé a buscar su olor en mi ropa, cuando le empecé a abrazar y no quería soltarme, cuando empecé a hacer locuras. Me di cuenta de que era tarde, y dejarle solo me hundiría.

No hay comentarios:

Publicar un comentario