Esta es la historia de la primera y última vez que me enamoré. A veces pienso que todo lo que te quise de algo habrá valido. Y no me jode por los sueños, me jode por los inviernos que parecían primaveras. Ningún amor de verano podrá darte el calor que yo te daba en invierno. Y aunque te eche de menos a morir, hay amores eternos que duran lo que dura un invierno. Sigo hablando de sus ojos cuando me preguntan por mi color favorito. Desde el día que se fue la vida sigue como las cosas que no tienen mucho sentido.

martes, 14 de febrero de 2012

Amé miles de veces, solo recuerdo tres.


Algún día debería agradecerles cada momento invertido conmigo, cada segundo de magia sin trucos, cada día impagable entregando todo y más de lo que podían darme, pagando un precio muy alto en plazos más o menos largos, el adiós, la decepción, mis cambios de humor o de amor, de número, de atención, de horarios, color de pelo...
Gracias.

Por el "mala influencia", la mirada más intensa desde la pared contraria del recreo, una de las escasas que he atesorado para siempre, el de las vans y los raps, el de las escapadas nocturnas,  él que siempre tuvo los labios rotos y olía a hierba, que hizo temblar los cimientos, sintiendo la vida en las venas en aquel callejón, corazón en la garganta, alcohol y el cuello girado cada vez que le veo pasar. Nunca podrán quitarle el título. La espina clavada en cada poro. Sesenta lágrimas por sonrisa. Tres meses incapaz de subir las persianas.

Por los rollos de una noche, los que consiguieron sacarme de la ruina para más tarde rebozarme en barro. Aquel que me enviaba sms, e iba conmigo al gimnasio. El Sergio del tequila y los bailes en la gogotera.

Después Él, el culpable de este blog, el de los besos de rabia, el de te odio porque no quiero hacer lo contrario, el de los churros con azúcar, El Principito. El de tu novio puede darte drogas pero yo puedo darte amor, por el que empecé a beber JB cuando dejé de probarlo de su boca, más de tres meses de locura, los ojos cerrados con sus besos en la frente, las noches en familia, navidades, inviernos de su mano, veranos bajo un árbol, la flor que no morirá nunca entre cristales, el vodka que me daba valor para buscarle por los bares, las tormentas y la vez que la soltó a ella para sujetar mi mano. Los trentaymuchos vasos de sidra, los planes de futuro, el de la paciencia eterna, el de tantas horas en tren con mi nombre por destino.

Alguno cambió su ciudad por la mía, me hizo mirar al objetivo de frente, me llevó borracha en brazos, me hizo el amor en el aire, sólo tuvo palabras bonitas, escondites secretos y todo el tiempo del mundo...


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