Esta es la historia de la primera y última vez que me enamoré. A veces pienso que todo lo que te quise de algo habrá valido. Y no me jode por los sueños, me jode por los inviernos que parecían primaveras. Ningún amor de verano podrá darte el calor que yo te daba en invierno. Y aunque te eche de menos a morir, hay amores eternos que duran lo que dura un invierno. Sigo hablando de sus ojos cuando me preguntan por mi color favorito. Desde el día que se fue la vida sigue como las cosas que no tienen mucho sentido.

sábado, 18 de febrero de 2012

Ni dudas ni ostias, mi cabeza sabe que le quiero.

Loco corazón, lo siento pero no me engañas. Echando de menos al chico de la mala vida, sintiendo algo por el de los ojos verdes, queriendo mandar a la mierda a mi único amor. Perdona pero no me engañas. Sé que quiero a Sergio, sé que en el fondo es solo él. Que solo le echo de más porque ahora le "tengo" pero en realidad me muero sin él. Que si, que el otro tiene su mismo nombre, incluso unos ojos verdes más intensos. Mejor cuerpo y menos cabrón. Pero no. Me la pela lo bien que me haya besado aquella noche, no.
Y luego está el otro. El chico street, el del skate. Ojos verdes aunque más oscuros. Me la pela las veces que nos hayamos mirado y sonreído, todas nuestras conversaciones. Esas que no tienen comparación con las de mi Sergio si. Su personalidad adictiva, puto creído que me sigue encantando a ratos... Su ropa, que bien viste. Esa canción que aún me suena a él cuando la escucho. Pero todo eso me la pela. Me queso con mi Sergio, el de los ojos verdes, palabras preciosas, mentiroso y borracho. Mi cabeza sabe que le quiero.

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