Esta es la historia de la primera y última vez que me enamoré. A veces pienso que todo lo que te quise de algo habrá valido. Y no me jode por los sueños, me jode por los inviernos que parecían primaveras. Ningún amor de verano podrá darte el calor que yo te daba en invierno. Y aunque te eche de menos a morir, hay amores eternos que duran lo que dura un invierno. Sigo hablando de sus ojos cuando me preguntan por mi color favorito. Desde el día que se fue la vida sigue como las cosas que no tienen mucho sentido.

miércoles, 15 de febrero de 2012

No quiero necesitarle.

Y yo me cago en esta puta mierda que algunos llaman amor. Que dependo de un tío, ¿que me estás contando?. Yo, la del corazón de hielo, la de "paso de llorar por tíos", "no me gustan los empalagosos". Si yo, pierdo la cabeza por un gilipollas. Ese gilipollas que me ha cambiado hasta mi forma de ser. Que si joder, que hasta ya reconozco que le quiero. Que sufro cada vez que no se conecta, que me desespero si no le veo. Que me muero de ganas por darle un buen morreo, y no solo eso; pasarme la vida mirando sus ojos. Y no sé ni que coño hago con 15 y novio, escribiendo aquí textos que en la puta vida nadie se dedicará a leer. Las gilipolleces que le digo, esas que hace tres meses me harían vomitar. Hasta me creo lo que me dice, que puta subnormal soy. Él solo quiere follarme ostia. Me ha echo débil, me ha echo dulce. Ha echo que me emborrache, que fume y sea la más puta de la pista con solo mandarme a la mierda. No es lo peor, ha echo que me pase días y noches llorando por él mientras veía como seguía tan feliz. Y hoy así estoy, enamorada como una puta subnormal que no puede vivir sin él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario