Esta es la historia de la primera y última vez que me enamoré. A veces pienso que todo lo que te quise de algo habrá valido. Y no me jode por los sueños, me jode por los inviernos que parecían primaveras. Ningún amor de verano podrá darte el calor que yo te daba en invierno. Y aunque te eche de menos a morir, hay amores eternos que duran lo que dura un invierno. Sigo hablando de sus ojos cuando me preguntan por mi color favorito. Desde el día que se fue la vida sigue como las cosas que no tienen mucho sentido.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Me jugaría la boca por morder tus labios.

No me creas mucho, aunque no te mienta. Vivo al día y a la noche, no sé que coño esperabas no me entiendo ni a mi misma. Yo me siento sola aunque esté contigo. No sé vivir sin ti, no sé vivir contigo cuando reviente todo seguirás por tu camino. Para siempre es mucho tiempo, una noche es poco rato me jugaría la boca por morder tus labios. Yo no quiero madrugadas sin compartir almohada. Si me aferro al milibar es porque ya no queda nada. Quien fuese papel para que me liaras. Si te lías te fumo, si te rayas te esnifo.
Buenos días, buenas tardes, buenas noches quiero darte. Discutir seguidamente y encontrar siempre el remedio. Sin dudar mis sentimientos, querernos hasta ancianos. Llevarte al cine los domingos, recorrer España en moto. Me encanta decirte esta frase y es que estoy enamorado. Cada día te echo en falta, das razones a mi vida. Y sin ti no encuentro nada. He llorado por nosotros aunque tu no lo hayas visto. Solo quiero ser feliz a tu lado. La razón de todo esto ni la encuentro ni la busco. Me desvivo por tu aliento. Te echo de menos tonto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario