Esta es la historia de la primera y última vez que me enamoré. A veces pienso que todo lo que te quise de algo habrá valido. Y no me jode por los sueños, me jode por los inviernos que parecían primaveras. Ningún amor de verano podrá darte el calor que yo te daba en invierno. Y aunque te eche de menos a morir, hay amores eternos que duran lo que dura un invierno. Sigo hablando de sus ojos cuando me preguntan por mi color favorito. Desde el día que se fue la vida sigue como las cosas que no tienen mucho sentido.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Y ya no queda nada.

Ayer te vi. Ayer me no me miraste. Ayer me hablaste, para qué? Para decirme que quieres ser mi amigo? Para recordarme todo el daño que me hiciste? Porque cada vez que hablamos me dices que meto la pata. Que te desilusiono. Que no te conozco. Y no sabes como duele ver que me habla un Sergio y darme cuenta de que no eres tú. Te veo conectado, y no me hablas. Dijiste que amigos pero no puedo. No soporto ser tu amiga. O todo o nada. Yo no sabría hablarte como una amiga. El dolor es inmenso. Lo único que lo arreglaría todo sería que volvieras pero para quedarte. Y sé que no va a pasar, que tengo que pasar página. Presiento que ahora se acabó, pero de verdad. Que ahora será como cuando no nos conocíamos. El problema? Ya no conozco vida sin ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario