Esta es la historia de la primera y última vez que me enamoré. A veces pienso que todo lo que te quise de algo habrá valido. Y no me jode por los sueños, me jode por los inviernos que parecían primaveras. Ningún amor de verano podrá darte el calor que yo te daba en invierno. Y aunque te eche de menos a morir, hay amores eternos que duran lo que dura un invierno. Sigo hablando de sus ojos cuando me preguntan por mi color favorito. Desde el día que se fue la vida sigue como las cosas que no tienen mucho sentido.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Ya no juego en tu tablero, rompí nuestra baraja.

Prohibido volver la vista atrás. Aquello duró lo que dura el verano. No pudimos acabar con la rutina antes de que ella acabara con nosotros. Cuando todo parecía haber encontrado su lugar, cuando tus miradas me empezaban a hacer temblar, un día empezaron tus putas dudas, tus misterios, tus caprichos… y ya nada volvió a ser lo mismo. Mejor, no eres aquello que necesitaba. Es increíble que entre todos los caminos que se abrieron ante mí fuera a elegir justo el único camino equivocado, el único camino sin salida que me haría retroceder dos pasos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario